A todos los arrastrados por la velocidad a la que Trump está cambiando el Orden Mundial, los líderes europeos aceleran los encuentros, lanzan mensajes y empiezan a tomar decisiones que pueden cambiar las prioridades y las estrategias que la Unión Europea tenía hasta ahora. Todo pasa muy deprisa ante la evidencia de que los Estados Unidos de Trump ya no son un aliado fiable cuando tenemos una guerra en suelo europeo.
Pero ojo con que la prisa les haga olvidarse de sus opiniones públicas. Es evidente que Europa tiene que asumir su propia seguridad, pero los líderes tienen que contar muy bien por qué. ¿Qué es lo que está en juego para todos los europeos? No se puede pasar de un gasto militar mínimo a una discusión pública centrada tan solo en cifras y en armamento, sin explicar que le invite del trumpismo a Europa. No consiste solo en resolver la guerra de Ucrania al gusto de Putin. El envite afecta a nuestra economía y a los valores que hacen de Europa un espacio único de convivencia y de bienestar. Sólo entre líneas se leen estos mensajes y urge explicarlos claramente.
